El 8 de abril de 2025 quedará marcado como una noche trágica en Santo Domingo. Mientras el legendario Rubby Pérez hacía vibrar con su merengue en la discoteca Jet Set, el techo del lugar colapsó repentinamente, dejando una escena de horror que terminó con la vida de más de 220 personas.
Una de las pocas sobrevivientes fue su hija, Zulinka Pérez, quien compartía escenario con él en ese momento.
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Aunque el dolor la desbordaba, tuvo la fuerza para contar que su padre no sufrió. Según reveló, Rubby aún estaba con vida bajo los escombros y utilizó su voz para cantar y ayudar a los rescatistas a encontrarlo.
Sin embargo, no logró superar las heridas.
Días después, durante el funeral, Zulinka lo despidió de la forma más emotiva posible: cantando «De color de rosa», el mismo tema que interpretaron juntos aquella última noche.
También adelantó que irá con todo legalmente contra los responsables del lugar, apuntando a graves fallos en las medidas de seguridad.
Rubby Pérez, el eterno dueño de “la voz más alta del merengue”, se fue como vivió: con la música en el alma. Y aunque su ausencia pesa, su legado retumba más fuerte que nunca. Como dijo su hija: “Mi papá murió haciendo lo que amaba, y eso me da paz”.
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